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BAHÍA de  paracas

EL MAR, LA PESCA Y EL NIÑO: ¿UNA AGENDA PENDIENTE EN PLANES DE GOBIERNO?

En el umbral del bicentenario como república, en el tópico del mar peruano, la pesca, la acuicultura, los climas, los fenómenos naturales y el desarrollo; muy poco, casi nada tenemos los peruanos de que enorgullecernos, ni un proyecto, ni un plan que nos conduzca a una visión de país con seguridad alimentaria y nutricional, menos el desarrollo como país pesquero y acuícola. Solo caos, desorden, dejadez, corrupción e indiferencia, mucho egoísmo y mezquindad, de grandes y chicos por depredar y exterminar todo signo de vida que ofrezca lucro desmedido y rápido.

Antonio Ramirez Castillo

Publicado: 2015-11-26


Allende desde tiempos inmemoriales “el mar peruano” constituyo una formidable despensa alimentaria en flora y fauna, que la convirtió en uno de los mares más ricos del planeta. Sobre el particular, los antiguos peruanos y los del Tawantinsuyo, aprovechaban el sol del verano para preparar el “charquicán” de anchoveta que se secaba con los rayos solares, se empacaba conveniente y se distribuía por todo el territorio, asegurando así el suministro permanente de proteína animal para la población.

Hace miles de años y en el acometimiento y prevención del fenómeno El Niño; nuestros ancestros nunca ocuparon para sus viviendas y cultivos, los cauces de los ríos en estiaje, menos los lechos de los ríos secos, tampoco las partes bajas e inundables, no solo conocían el territorio, sino que lo dominaban, lo atravesaban de oriente a occidente y viceversa, con mayor facilidad que de sur a norte, aunque la puna siempre ha servido para desplazarse longitudinalmente, pudiendo pasar de un valle a otro. Los viejos caminos eran por las crestas de los contrafuertes andinos, nunca por el fondo de los valles, cuando observamos desde el aire la vertiente occidental de la cordillera, se puede apreciar en los días sin nieblas y sin nubes, como hasta hoy, se destaca el charquinani o camino andino para peatones y llamas con su carga. Los remotos senderos recorren los andes, casi en línea recta, subiendo y bajando ligeramente para pasar de una cresta a otra, de una divisoria a otra, sin acercarse nunca a la vertiente escarpada, por la cual, es imposible caminar, ni al fondo de las quebradas por las cuales se precipitan los huaicos destructores en las épocas de lluvias; así nos lo describe el maestro Javier Pulgar Vidal en su libro: “La Regionalización Transversal del Perú”.

Es así y en el camino de construcción de la imprescindible “Agenda Pendiente” encontramos, que desde la creación del Ministerio de Pesquería, en el año de 1970, como ente orgánico y rector del Estado Peruano en materia de administración y aprovechamiento de la extraordinaria biodiversidad en fauna y flora existente en nuestro mar, ríos y lagos; la actividad pesquera, jamás ha contado ni cuenta a la fecha, con una política de estado que afirme los preceptos de su carta constitucional en relación a su marco jurídico y sobre todo en la prioridad de su aprovechamiento por parte de las poblaciones ribereñas y en especial el consumo de pescado de todos los peruanos.

Las administraciones gubernamentales que se han sucedido desde su creación, nunca han realizado un inventario prospectivo que sirviera como herramienta de gestión para la construcción de los escenarios de inversión que permitieran asegurar y garantizar la nutrición y la seguridad alimentaria de nuestros connacionales, así como también de una canasta de productos exportables que afirmen su desarrollo, tanto de la pesquería, como de la actividad acuícola. Tampoco se ha realizado un balance crítico y constructivo de los aciertos y fracasos en que sistemática y endémicamente se ha incurrido. El trágico resultado como consecuencia de una pesquería industrial sobre dimensionada; es que todos hemos perdido, tanto así, que al día de hoy, tenemos un mar empobrecido y casi colapsado, su especie principal, la anchoveta, eslabón fundamental de su cadena de vida ha sido depredada y va camino a su extinción, la ancestral pesca artesanal en el abandono total y ralentizada, con stocks mínimos de peces y cada vez más pequeños, porque no se les permite crecer y reproducirse, una población de aves guaneras, otrora productoras del guano y generadoras de una de las épocas falaces más ricas de la historia del Perú en lo económico y financiero; reducidas a un ridículo 5% y condenadas a la desaparición o extinción, porque egoísta y mezquinamente les arrebatamos el alimento, condenándolas a la muerte sistemática por inanición y en la inminente tragedia del rico mar peruano a punto de convertirse en mito o leyenda.

Ante este sombrío y desconcertante panorama, los peruanos ingresamos a la campaña electoral para elegir nuevas autoridades que dirigirán los destinos del país en el periodo 2016-2021. Esperamos que los candidatos y el ganador de este proceso, exhiban ante los electores y el país, “un Plan Prospectivo para la pesca y la acuicultura” que ponga fin al desorden, la corrupción y la insostenibilidad de la totalidad de la pesquería nacional, que promueva con técnicos y especialistas, la superación de esta “agenda pendiente” y por fin, que facilite y promueva en beneficio de los pescadores y consumidores, pesquerías ordenadas y sostenibles, con capacidad plena de ocupación de los 906,454 KM² y de producción local y de exportación en valores superiores a los 20 mil millones de dólares en términos anuales y la generación de más de un millón de puestos de trabajo; lograr que el patrimonio genético superior a más de 3300 especies de peces, mamíferos marinos, moluscos, aves, y flora marina compuesta de algas y micro algas; se conviertan en un valioso potencial nutricional, alimentario, gastronómico, industrial y farmacológico; propiciar que sus 3080 km de los bordes costeros de su largo litoral, inclusive espacios de mar abierto, se constituyan en enormes potenciales para el cultivo y crianza de peces, moluscos y algas a nivel intensivo; incluyendo las 262 cuencas hidrográficas y sus más de 12000 lagos y lagunas que existen en el espacio continental, promoviendo al Perú como uno de los primeros países en desarrollo pesquero y acuícola del planeta; Considerando que, el mar provee más del 80% del oxígeno que respiramos, que las corrientes y los vientos determinan la calidad y riqueza de sus ecosistemas a través del plancton que arrastran; pero sobretodo, el mar es fundamental para conocer mucho más sobre la evolución del clima e inclusive sus fenómenos recurrentes, como lo son El Niño, las ondas Kelvin y sus impactos sobre el territorio, proponemos como tema de agenda que sus 21 islas y 11 puntas existentes en las proximidades de su largo litoral, sean reconocidos como santuarios de vida e intangibles para la pesca, en un radio no menor de las cinco millas y de laboratorio científico natural, para que nos prodiguen el guano de islas, el más importante fertilizante orgánico para impulsar la agricultura del futuro, y en cuanto a las especies de peces de alto valor comercial, que estos sirvan para repotenciar los nuevos escenarios para la apetecida actividad turística de avistamiento de aves y mamíferos marinos, de una gastronomía nacional, ya reconocida, como la más variada, exquisita y exigente a nivel mundial, generando espacios de más oportunidades de inversión, empleo y riqueza y en el caso de laboratorio científico, para hacer seguimiento a las anomalías térmicas de nuestro mar y sustentar políticas eficaces de prevención de desastres.

Finalmente y estando a tan solo ocho meses del advenimiento de una nueva administración gubernamental, cuyo reto ha de ser corregir rumbos y poner la proa hacia al Bicentenario Fundacional de la República también es conveniente considerar; la urgente creación de un Ministerio de Pesca y Acuicultura, cuyo rol esencial será, facilitar y promover la inversión privada, la erradicación del caos, el desorden y la corrupción, sobre todo en base a criterios precautorios y de sostenibilidad. El hacerlo es imperativo y no optativo, mañana puede ser demasiado tarde y catastrófico para el país y en particular para las generaciones que vendrán.

Escrito por

Antonio Ramirez

Amante de la verdad y la palabra, defensor de la anchoveta y la sostenibilidad del la biodiversidad del mar peruano.


Publicado en

Todo Pesca

Urge una conciencia prospectiva de potenciales escenarios en el mar, ríos y lagos, para hacer de Perú, el primer país pesquero del planeta.